Estamos ante el trabajo de los debutantes Mark Neveldine y Brian Taylor, tanto en la dirección como en la guionización. Nos brindan un film vertiginoso en cuanto a la forma de contarlo, como en la forma de filmarlo. Eso si, en el guión no se han roto la quijotera en demasia, simplemente a un tipo (Jason Statham) le meten un veneno que no tiene cura, y solo se le puede sobrevivir metiendote adrenalina. Y él va en caza y captura del que le ha hecho semejante putada. Listo. Eso es todo. La pelicula, obviamente, con este guión, se sustenta en otra poderosa circustancia, la ya mencionada vertiginosidad de todo el metraje del film. Escenas muy curradas, planos inversosimiles que transmiten lo que el propio protagonista siente y te hace pasar unos ratos muy entretenidos. Jason Statham esta genial, para mi es un claro sucesor de Bruce Willis, pero el resto del elenco es una pandilla de incompetentes de padre y muy señor mio. Fatal. Hay muchas (y digo muchas) escenas que resultan irrisorias, por su desarrollo, por la chorrada que cuentan o por su nula necesidad (vease la escena del polvo en la calle).
En definitiva, una pelicula con una propuesta arriesgada en cuanto a ritmo, que no en cuanto argumento, muy divertida (y rapida) y mal ejecutada en según que momentos. No la recomiendo, pero si la ves tampoco lo lamentarás.
Puntuación: 5.5
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